Estamos a unos cuantos meses de que se cumplan 100 años de la publicación de Fin del Viaje, primera novela de la talentosísima y melancólica Virginia Woolf, quien en mi humilde opinión es la mejor escritora de la historia, pero bueno, esa solo es mi opinión muy personal, ya que la he admirado desde hace muchos años y he leído casi todas sus obras, las cuales recomiendo ampliamente.
Virginia Woolf nació en Sussex, Inglaterra el 25 de enero de 1882, estuvo casada con Leonard Woolf, un reconocido escritor, pero que fue aún más famoso por haber sido esposo de Virginia.
Ambos formaron parte del grupo Bloomsbury, un grupo de amigos intelectuales y artistas que se reunieron durante las primeras décadas del siglo XX para hablar, discutir, filosofar y compartir sus ideologías, lo cual seguramente inspiró en muchos aspectos a Virginia para seguir con su Carrera como escritora, en la cual escribiría obras importantes como La Señora Dalloway, Una Habitación Propia, Orlando, Al Faro, Las Olas, entre muchas otras; me es muy difícil escoger una como mi favorita, pero tal vez si quieren tener un primer acercamiento a la obra de Virginia, les recomendaría empezar por Una Habitación Propia, una novela de vital importancia para el feminismo, ya que es un análisis a la condición femenina, a la identidad de la mujer y la presencia de la mujer en las artes, principalmente en la literatura, es realmente magnífica.
Y hablando de Feminismo, la novela Orlando de 1928, habla sobre temas tabúes para la época, como la homosexualidad y el feminismo; cabe mencionar que esta obra fue traducida al español por Jorge Luis Borges, así es que recomiendo ampliamente la versión en español de esta obra, la traducción es fenomenal.
Hablando de traductores y traducciones, Virginia Woolf pensaba que la traducción era importantísima para conectar culturas, para compartir ideologías, pensamientos, etc., pero al mismo tiempo sabía que existía una clara barrera entre los idiomas en el momento en que los traductores se disponían a traducir alguna obra literaria, incluso en un ensayo titulado “El Punto de Vista Ruso” que escribiera en 1925, ella habla sobre la dificultad que implica traducir una obra, en este caso ella se refería a la traducción del ruso al inglés, y ella dice en este ensayo que todo se altera por completo en una traducción, a pesar de que el traductor domine el idioma, se le dota de un Nuevo acento, sentido, peso y tono a la obra traducida, lo cual la hace completamente distinta a la original y nos confirma el polémico pensamiento de la intraducibilidad de la literatura.