El mundo de la traducción simultánea puede ser muy glamuroso, muy interesante y maravilloso, y sí lo es, pero también quisiera hablar un poquito sobre el lado oscuro de esta profesión, ya que existen varios factores de los que depende un evento, las condiciones de éste, las habilidades del intérprete y otros muchos factores ajenos al intérprete que pueden llegar a dificultar el trabajo y el resultado general de un evento.
Cuando uno llega a interpretar se acerca al ponente, se presenta, pide información sobre la presentación, etc., normalmente los ponentes son amables y entienden lo difícil que es para las dos personas que están atrás de la cabina interpretar cada una de sus palabras y en ocasiones están tan conscientes de esto que hasta moderan su velocidad, solicitan descansos si es que no estaban agendados, o incluso me ha pasado que el ponente mismo se acerca a mí para darme una botella de agua. Pero no todos son iguales.
En ocasiones nos enfrentamos a ponentes que hablan a la velocidad de la luz y tenemos que activar nuestras branquias porque es realmente imposible respirar normalmente. Y luego por qué no, hay quienes deciden desviarse del tema y en vez de hablar de la perforación de pozos petroleros, recuerdan con nostalgia una anécdota de su niñez en un pueblito pintoresco de Wichita. También tenemos a los que no les gusta el micrófono y lo olvidan en la mesa mientras se paran a hablar o lo traen bailando entre las manos, lo cual dificulta mucho poder realizar una interpretación fluida y sin pausas. Otra situación que sucede con frecuencia es que si, por ejemplo, el ponente es angloparlante y la audiencia es hispanoparlante, en muchas ocasiones el ponente quiere poner en práctica el español que aprendió en la secundaria y esto dificulta la interpretación, de igual modo si la persona en la audiencia decide aventurarse a hacer una pregunta en spanglish, estas situaciones pueden entorpecer un poco la fluidez de un evento.
Interpretar es una tarea muy cansada, aunque para algunas personas somos los que están allá atrás sentados todo el tiempo y sólo “hablamos”, en realidad la interpretación es una tarea cognitiva que requiere de mucha concentración y que por lo tanto requiere de periodos de descanso, para nuestra mente y nuestra voz; por esta misma razón trabajamos en pares, no es por querer trabajar menos, es por la dificultad que implica nuestro trabajo.
Algo que puede llegar a suceder es que te contratan para traducción simultánea, pero a la mera hora deciden cambiar la modalidad y hacerla consecutiva. Son modalidades muy distintas y en ocasiones hay quien se especializa en una de las dos y que de plano la otra modalidad no es lo suyo y más que nada, uno va con la mentalidad de algo y esos cambios drásticos pueden afectar la calidad de la interpretación, y además, para consecutiva uno debe llevar un block especial para tomar notas, etc.
En fin, ya vimos algunos de los aspectos oscuros, pero muy presentes en el mundo de la interpretación y como colegas debemos de ayudarnos y orientarnos para evitar estas situaciones o para sacarlas adelante lo mejor posible.