Al escuchar la frase: “Ser o no ser, esa es la cuestión.”, lo primero en quién pensamos es en William Shakespeare. Dramaturgo, poeta y actor inglés, escribió más de 30 obras teatrales, 150 sonetos y 4 obras líricas y es considerado el escritor más grande de todos los tiempos.
Obras como ‘Romeo y Julieta’, ‘Hamlet’, ‘Macbeth, ‘Antonio y Cleopatra’ han sido y seguirán siendo éxitos ya sea en el teatro o en el cine. Pero en esta entrega no hablaremos de sus creaciones literarias sino que revisaremos unas de las 1,700 palabras que le aportó al idioma inglés, que tiene 350,000 palabras y que los traductores utilizamos día con día.
¿Interesante, no? Hasta dan ganas de ponerse a escribir y quién sabe… tal vez hasta inventar palabras que pasen a la historia.
A muchos traductores nos interesa mucho conocer el origen de las palabras y su evolución a través del tiempo, ¿tú sabías de la importancia de Shakespeare para el idioma inglés?
Y ahora si nos ponemos a pensar en que estas palabras que acuñó Shakespeare, imagina tener que traducir una obra completa del dramaturgo. Seguramente es un dolor de cabeza, porque a parte de todo estamos hablando de un inglés isabelino de una época muy muy antigua, y sí Shakespeare ha sido adaptado al teatro y al cine miles de veces por todo el mundo y en muchísimos idiomas e incluso haciendo adaptaciones “modernas” de sus obras; la primera que me viene a la mente es la famosísima Romeo y Julieta, la cual ha tenido dos adaptaciones exitosísimas, la primera que vale la pena recordar es la de Zeffirelli en 1968 que fue la versión clásica y la segunda es la versión moderna de Baz Luhrmann en 1996, una película que si fuimos niños o adolescentes en esa época seguro la vimos una y otra vez y suspiramos al ver al adorable Leonardo Dicaprio y a la inocente Claire Danes en acción.
En fin, a lo que voy es que en realidad se cree que es realmente imposible traducir a Shakespeare, ya que él creo muchísimas palabras nuevas al escribir sus obras y que son parte de la esencia de dichas obras, y que por lo tanto es imposible encontrar un simil en español, bueno, en cualquier otro idioma, por lo que traducir a Shakespeare sería sólo un mediocre intento de reescribir sus obras y acercarse un poco al sentido original o la intención original que tuvo este genio de la literatura, o incluso hacer un trabajo decente al traducir todos los juegos de palabras que utiliza Shakespeare en sus obras.
Traducir o no traducir… esa es la cuestión.